Destinos en EUROPA

Dinamarca

Dinamarca forma parte de Escandinavia y sólo tiene frontera terrestre con Alemania, aunque desde 1999 está unida por carretera y ferrocarril con Suecia, a través del puente de Oresund. Las principales islas danesas son: Selandia, Flonia, Vendsyssel-Thy, Lolland y Bornhoim. Cuenta con 7314 km de costas, rodeada por el mar del Norte y el mar Báltico, un paraíso perfecto para los amantes de la playa, con una naturaleza virgen y fácilmente accesible.

Finlandia

La nación más septentrional del mundo después de Islandia. Finlandia se encuentra en el extremo nororiental de Europa con capital en Helsinki. La modernidad urbana, la tecnología y el diseño conviven con la naturaleza inmaculada. Altos bosques salpicados de lagos perfectos, largas vías fluviales y parajes árticos, Finlandia ofrece un extraordinario abanico de actividades al aire libre. Su excelente red de parques nacionales y otras zonas protegidas invitan a descubrir un país donde los interminables días de verano preservan el equilibrio de la gélida magia invernal.

Georgia

Un país rico en patrimonio cultural e histórico que posee muchos monumentos originales e interesantes. Antiguas grutas, monasterios e iglesias son numerosos en Goergia, testigos de la excepcional arquitectura de la Edad Media. La ciudad de Javakheti posee uno de los lugares más grandiosos de toda Georgia: la fortaleza de Khertivisi. En cuanto a los moumentos de Miskheta, la antigua capital del reino de Georgia, se colocaron en el puesto número tres de la lista de los patrimonios en peligro.

Islandia

Islandia está situada en el Oceáno Atlántico, al sur del círculo polar ártico. Existen muchos fiordos a lo largo de sus 4970 km de litoral, donde también están situados la mayoría de las ciudades y los pueblos principales. El interior de la isla, las tierras altas de Islandia, son una combinación fría e inhabitable de arena y  montañas. La isla de Grimsey contiene la población más septentrional del país. Posee tres parques nacionales: Vatnajökull, Snanefellsjökull y Pingvellir

Noruega

Tierra para los amantes de la naturaleza, con sus famosos fiordos y glaciares. Elegida en 2018 como el país más feliz del mundo teniendo en cuenta criterios como la libertad, el bienestar, la salud y  la generosidad. Las ciudades noruegas ofrecen diferentes atractivos: Oslo, su capital, es el centro financiero; Bergen, fue en su día un importante puerto comercial; Stavanger, la ciudad donde se concentran todas las compañias petrolíferas y Trondheim, la ciudad de la tecnología gracias a su Universidad.

Polonia

Lejos de las grandes urbes, Polonia destaca por su belleza natural. Sus orígenes se remontan a los albores del primer milenio, ofreciencdo al viajero mil años de historia, reyes y castillos que desubrir. Fue un punto clave en la II Guerra Mundial del que se siguen manteniendo museos y monumentos dedicados a sus batallas. Destacan ciudades como Cracovia o Varsovia, pero lejos de estas están bosques, ríos, lagos y montañas invitan a disfrutar de la naturaleza.

Suecia

El país escandinavo más poblado y el quinto más grande de toda Europa en términos de  territorio. Suecia es un país romántico y misterioso  con inhóspitos paisajes lunares y bosques impenetrables en su extremo norte, y soleadas playas y exuberantes tierras de cultivo al sur. Sus cortos veranos  obligan a aprovechar cada tenue rayo de sol en las tardes de finales de agosto, y  sus largos inviernos, los suecos se refugian en las velas y el glögg (vino sueco) para avivar su espíritu.

Suiza

Un país especialmente atractivo y único: una impresionante naturaleza dominada por los Alpes, el paisaje, la buena vida de sus pueblos y ciudades, la tradición alpina y urbana y una rica propuesta cultural en sus elegantes ciudades desde Ginebra a Basilea o Zurich. Sede de diversas entidades e instituciones transnacionales como la Cruz Roja, la OMC o la UEFA. Conocida por sus exquisitos quesos y chocolates, pero relevante para el turismo de montaña y nieve. 

Turquía

La gran historia de Turquía, unida a su ubicación única en la unión de Europa y Asia, le ha otorgado un vasto patrimonio. Personajes de la historia, como Julio César o San Pablo, han transitado por estas tierras ubicadas en la costa del Mediterráneo. Para sumergirse en ellas no hay más que tomar un baño en un antiguo haman, comer un kebab, comprobar la diversidad de influencias que trajo la Ruta de la Seda o visitar las ruinas repartidas por campo y montañas.