Islandia, ¿realidad o sueño?

Islandia está llena de belleza, fiordos desde el amarillo al verde, agua, mar, negro y rojo de lava, columnas de basalto cual catedrales y catedrales cual columnas de basalto, iglesias color de cuervos o iglesias verdes, tanto que su manto verde empieza y acaba en algún lugar
indeterminado, preciosas iglesias en medio de la nada haciéndole compañía a granjas tan
solitarias como ellas, cementerios en compañía de las iglesias dándoles fuerza a un paisaje de
por si hermoso, agreste y único.

En medio de una arena negra barrida por un fuerte oleaje, catedrales de piedra se
ofrecen a la vista y no sabes que hacer para que no te sobrecoja tanta belleza, ¿tocar el agua?
¿guardar en la retina de tu móvil el paisaje? ¿reír o llorar? Sigues rodando por más fiordos…
siempre acompañado por el trío de ovejas islandesas y por los amables y cariñosos caballos de rara hermosura, y cuando llegas a los acantilados el canto y ruido de los pájaros, es ensordecedor e igual de bello y tu dedo no para de disparar queriendo llevarte un cachito de lo que ves, oyes y hueles.

Por: Antonia Deniz

La emoción te sigue a todas partes porque nada de este paisaje te deja indiferente, va del blanco más puro de los glaciares hasta el negro más negro de la lava, en medio los fiordos del oeste el alma se sobrecoge por la belleza y la enormidad del paisaje de los colores y del agua.

Cascadas, Islandia es agua, lava y hielo; con las cascadas el asombro te mantiene con la boca abierta todo el rato; van desde millones de litros por hora hasta un hermoso velo de novia sobre la roca, y los fiordos derraman en sus laderas barranquillos de agua y variedad de verdes, ocres y dorados.

¿Cómo no se te van a poner “los pelos de punta” cuando por primera vez enfocas un glaciar? Blanco, blanco puro, azules traslucidos… mil formas que da el deshielo a cada tempano, y más blanco…y la vista se pierde sobre el glaciar; no te crees que lo que ves tan lejos sigue siendo glaciar ¿cómo describir la belleza absoluta? eso es un glaciar y eso es Islandia: la belleza absoluta.

Siente mi tribu… ¡Vive tu viaje!